En un reciente estudio realizado por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, reveló que Venezuela es el país de Latinoamérica donde se bebe más alcohol, dejando atrás países como Colombia, Brasil e incluso México.
Es indudable que el venezolano por su idiosincrasia se “tome unos traguitos” para celebrar con amigos y familiares cualquier eventualidad, reunión, boda, cumpleaños, una mano de dominó o simplemente un partido de fútbol o béisbol, acompañado de una bebida refrescante.
Históricamente en nuestro país la predilecta es “la birra”, seguido por el escocés, el ron y el tinto. En un año el latinoamericano promedio bebe 5,5 litros de alcohol puro, en ese mismo tiempo, un venezolano consume 8,9 litros, siendo el sexo masculino (con algunas excepciones), el que predomina en el consumo de esta bebida.
Ahora bien, un consejo a usted amigo lector: sea consciente al momento de ingerir cualquier bebida alcohólica, ya que los efectos de esta sustancia en el organismo pueden ser catastróficos sin la debida moderación y responsabilidad.
Aunque en mi país tomarse unos tragos se ha convertido en una práctica convencional, es necesario informar sobre esta materia, ya que según un estudio de la Oficina Nacional Antidrogas (ONA), el consumo de alcohol en Venezuela se inicia a partir de los 7 años.
La intención no es prohibir el consumo de bebidas alcohólicas, es reflexionar al momento de consumir esta sustancia, ya que ocasiona en el organismo efectos inmediatos cuando se absorbe en el estómago y pasa al torrente sanguíneo, llegando al sistema nervioso central y cerebro provocando:
* Lo que llamamos en criollo “el ratón moral”: alegría, llanto, desinhibición, euforia, comportamientos que nos hacen sentir bien. Esto se acompaña por lo general con mareos, pérdida del equilibrio y torpeza para realizar movimientos como caminar, mantenerse de pie, agarrar objetos, escribir, e inclusive la imposibilidad de hablar fluidamente.
*Náuseas y vómitos cuando se han excedido los niveles tolerados por cada persona.
Cuando el consumo se torna diario o habitual, después de la tercera semana el hígado comienza a presentar una degeneración grasa, ocasionando a posteriori una hepatitis e insuficiencia alcohólica, la cual es muy grave para la persona.
Si el consumo de alcohol continúa, sobreviene la muy temida cirrosis hepática; enfermedad crónica que ocasiona una insuficiencia hepática gradual. En la cirrosis el hígado ha perdido su función, su parénquima se encuentra fibrótico y la encefalopatía hepática es muy común, la cual se caracteriza por conductas violentas, convulsiones, delirios y en el peor escenario daño cerebral permanente.
El alcoholismo produce trastornos gastrointestinales como: indigestión, esofagitis, gastritis, úlcera gástrica y pancreatitis; disminuye el hambre e interfiere en la absorción de proteínas y de las vitaminas A, K, E, B y C.
También se pueden ver trastornos hormonales e impotencia sexual, ocasionando disfunción en la erección del pene en el hombre y una desaparición de la menstruación en la mujer.
El consumo de alcohol durante el embarazo puede causar problemas en el desarrollo del feto, produciendo el llamado síndrome fetal del alcohol.
Recientemente salió al mercado la modalidad de consumir alcohol en polvo, viene en sobres que equivalen a un “shot” de alcohol y variedades de sabores que pueden ser mezclados en un vaso de agua, refresco, jugo de naranja o en un cóctel, la marca de la distribuidora aún espera su aprobación para la venta solo a mayores de edad, sin embargo, recuerde que el consumo habitual y excesivo de alcohol le puede ocasionar problemas físicos, emocionales, familiares y laborales.
Bendito alcohol, terribles consecuencias.
(UnTipoSerio)
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