Para acabar con el dólar paralelo hay que combatirlo con artillería pesada.
En vez de bajar la demanda interna de dólares, podemos subir la demanda externa por bolívares. Una eventual medida, que se base en la posibilidad de adquirir con bolívares certificados para la entrega de barriles de petróleo en un plazo determinado, haría apetecible adquirir o tener bolívares.
Salta a la vista que una medida de ese tipo es un golpe mortal para el dólar paralelo.
Suponiendo que un certificado para comprar un barril de petróleo vale mil bolívares ¿por qué alguien usaría mil bolívares para comprar 20 dólares en el mercado paralelo si puede comprar un certificado que después puede negociar en una cifra mucho mayor?
Si esos certificados pueden ser vendidos en divisas, previa autorización del Estado para que las divisas se usen para importar bienes y servicios, al final del camino estamos usando el petróleo para cambiarlo por riqueza real. Esa autorización es, ni más ni menos, la que actualmente le corresponde hacer a Cadivi.
Los beneficios colaterales de una medida de este tipo no serían pocos. El primero es el efecto inmediato de disminución de precios de bienes importados, especialmente si se acompaña con un decreto que ponga límite a la ganancia en cualquier operación de compra-venta.
El Estado, al vender certificados de petróleo pagaderos en el futuro, tendría por adelantado bolívares para proyectos nacionales, en salud, educación, infraestructura y otros. Esos bolívares saldrían de circulación, bajando la presión inflacionaria de ese dinero.
El respaldo de dinero con riqueza real hace que uno no quiera deshacerse del dinero. Saber que intrínsecamente tiene valor, da confianza para tenerlo ahorrado y no querer gastarlo o cambiarlo lo antes posible. Eso baja el consumo irracional, uno de los peores males del capitalismo inflacionario.
(CorreoDelOrinoco)
Buen punto.
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